¿Te has preguntado alguna vez qué hace un project manager? ¿Qué habilidades tiene que tener? ¿Qué beneficios aporta a tu negocio? En este artículo voy a responder a dichas preguntas de manera sencilla. Espero que te sea de utilidad.
¿Qué es un project manager?
Un project manager es la persona que se encarga de coordinar e integrar las actividades de las diferentes áreas funcionales para llevar a cabo un proyecto. Por cierto, podríamos decir que un proyecto es un conjunto de actividades que tienen un objetivo específico, un plazo determinado y unos recursos limitados.
Un project manager tiene que hacer tres cosas fundamentales:
- Planificar el proyecto, definiendo los objetivos, el alcance, el presupuesto, el cronograma y los recursos necesarios.
- Ejecutar el plan, supervisando el trabajo de los equipos, resolviendo problemas, controlando la calidad y comunicando el avance.
- Adaptar el plan, realizando los cambios necesarios para cumplir con los requisitos del cliente, las expectativas de los stakeholders y las circunstancias del entorno.
Por lo cual, podríamos decir que el project manager es el líder que se encarga de dirigir y gestionar todo el ciclo de vida de un proyecto, desde la idea hasta el resultado final. Su misión es transformar los recursos (tiempo, dinero, personas, materiales, etc.) en productos, servicios y beneficios.
¿Qué se necesita para ser un project manager?
¿Qué es lo que hace que un project manager sea exitoso? La respuesta está en el talent triangle, el modelo que propone PMI para definir las competencias que todo project manager debe tener. El talent triangle se compone de tres áreas:
- Gestión técnica de proyectos – Formas de trabajar.
- Liderazgo – Habilidades de poder.
- Estrategia y gestión empresarial – Perspicacia en los negocios.
Pero, ¿qué implica cada una de estas áreas? Te lo voy a contar con un ejemplo.
Imagina que eres el project manager de un proyecto de desarrollo de software para una empresa de turismo. Tu objetivo es crear una aplicación móvil que permita a los usuarios reservar vuelos, hoteles y actividades de forma fácil y segura.
Para lograrlo, necesitas tener las siguientes habilidades:
Ways of working – Formas de trabajar
Anteriormente conocido como gestión técnica de proyectos, se trata de la capacidad de aplicar los conocimientos, las herramientas y las técnicas propias de tu dominio e industria. En este caso, necesitas saber sobre programación, diseño, testing, metodologías ágiles, etc. También necesitas conocer el ciclo de vida del proyecto, gestionar el alcance, el tiempo, el coste, la calidad, los riesgos, las comunicaciones, los recursos, los interesados, etc.
En resumen, estas habilidades te permiten ejecutar el proyecto de forma eficiente y efectiva, cumpliendo con los requisitos y las expectativas del cliente. Por eso es que son las habilidades técnicas, ya que se trata de la capacidad que tiene una persona para elegir y aplicar la mejor forma de trabajar para cada proyecto, según sus características y objetivos.
Power skills – habilidades de poder
Anteriormente conocido como liderazgo, se trata de la habilidad de liderar y colaborar con otros de forma efectiva, usando habilidades blandas o soft skills. En este caso, necesitas tener habilidades de comunicación, para transmitir tu visión, tus objetivos y tus expectativas a tu equipo, a tu cliente y a otros interesados.
También necesitas tener habilidades de innovación, para fomentar la generación de ideas, la experimentación y el aprendizaje. Además, necesitas tener habilidades de empatía, para ponerte en el lugar de los clientes y de tu equipo, y entender sus emociones, sus motivaciones y sus problemas.
Business acumen – Perspicacia en los negocios
Anteriormente conocida como estrategia y gestión empresarial, se trata de la habilidad de comprender el contexto interno y externo de tu organización y de tu industria, y de integrar tu trabajo en una visión más amplia y estratégica.
En este caso, necesitas conocer el mercado, la competencia, el segmento, el posicionamiento, el modelo de negocio, el análisis de costes y beneficios, el cumplimiento legal, etc. de tu proyecto y de tu cliente. Estas habilidades te permiten crear un producto que sea viable, rentable, diferenciado y sostenible.
Conclusión
Como ves, estas tres habilidades son complementarias y necesarias para ser un project manager exitoso. Si solo te enfocas en una de ellas, estarás limitando tu potencial y el de tu proyecto.
Pero, ¿cómo puedes desarrollar estas habilidades? puedes aprender de otros project managers que han aplicado el talent triangle en sus proyectos y han obtenido resultados extraordinarios. Puedes leer sus casos de éxito, sus lecciones aprendidas, sus consejos y sus recomendaciones.
Y por supuesto, puedes practicar estas habilidades en tus propios proyectos, enfrentándote a nuevos retos, buscando feedback, evaluando tu desempeño y buscando oportunidades de mejora.
¿Qué beneficios aporta un project manager a tu negocio?
Contratar a un project manager puede suponer una inversión importante para una empresa, pero también puede traer muchos beneficios. Estos son algunos de ellos:
- Estimula la productividad: un buen project manager organiza el trabajo de forma eficiente, asigna las tareas adecuadas a cada miembro del equipo, supervisa el avance y la calidad, y resuelve los problemas que puedan surgir. De esta forma, se optimiza el uso de los recursos, se reduce el desperdicio y se mejora el rendimiento del equipo.
- Mejora la transparencia del proyecto: un buen administrador de proyectos comunica de forma clara y constante los planes, los detalles, los archivos y los comentarios del proyecto a todos los involucrados, incluyendo al cliente, los proveedores, los usuarios y otros interesados. De esta forma, se facilita la colaboración, se evitan los malentendidos y se genera confianza.
- Aumenta la satisfacción del cliente: un buen administrador de proyectos tiene la habilidad de comprender el contexto interno y externo de su organización y de su industria, y de integrar su trabajo en una visión más amplia y estratégica. De esta forma, puede crear un producto o servicio que sea viable, rentable, diferenciado y sostenible, que genere valor e impacto para el cliente y para la sociedad.
