Competencias organizacionales
¿Alguna vez te has puesto a pensar en cuánto vale una empresa? Tal vez lo primero en lo que piensas en en los recursos financieros, o inclusive en los recursos materiales, pero… ¿será completamente cierto?
Si llegamos a pensar que el valor de una empresa consiste de sólo el valor patrimonial que se le atribuyen a los activos tangibles tales como las máquinas, las herramientas, el equipo, las instalaciones, o las materias primas. Entonces podríamos llegar a decir que una empresa es únicamente un conjunto de elementos físicos sujetos a una depreciación continua a lo largo del tiempo.
Si fuese así, una empresa no podría el capital financiero que ha invertido, tal vez ni siquiera se alteraría la inversión inicial. Al contrario, si comenzamos a contabilizar el desgaste de las máquinas o su depreciación, la situación sería aún peor, ya que habría una reducción del capital financiero inicial. Lo único que tendríamos sería a una empresa que cada día que pasa pierde, al punto de llegar a no valer nada.
Tal vez en este punto estés pensando que de hecho, estés pensando algo diferente a lo que estoy diciendo, pero, piensa que en este artículo tengo el objetivo principal de que no midas a las empresas únicamente desde el punto de vista financiero, pues, la misma empresa es un sistema cuyos resultados dependen de la interacción y eficiencia de todos los elementos que la componen.
Por lo cual, lo que trato de decir es que los recursos físicos y financieros pueden ser considerados como estáticos, es decir, no hacen nada por cuenta propia. Por lo tanto, necesitan de la acción del hombre para poder funcionar y poder ser rentables.
Importancia de las competencias organizacionales
¿Qué pasa cuando una empresa únicamente pone su atención en los recursos físicos y financieros? La respuesta es sencilla… Dejan de ser un buen negocio, esto es debido a que en ese tipo de empresas, el capital financiero tienen mayor prioridad que el capital intelectual.
En pocas palabras, el dinero es mucho más importante que el conocimiento. Sin embargo, en la actualidad a lo que apuntan las empresas es en invertir en el conocimiento, es decir, consideran que la capacitación, el adiestramiento y el desarrollo de su capital intelectual es lo más importante.
Entonces, ¿por qué es importante? Porque el conocimiento genera innovación y riqueza.
Tanto es así que muchas grandes empresas ya tienen universidades corporativas para poder capacitar, adiestrar y desarrollar a su capital intelectual. Un ejemplo de universidad corporativa es la de Pixar.
¿Qué son las competencias organizacionales?
¿Competencias organizacionales?… ¿Qué es en lo primero que piensas si te digo que vas a competir?… Bueno, tal vez pienses en que vas a ponerte a prueba con alguien más, o tal vez pienses en un premio otorgado a un primer lugar. De hecho, ya con eso estás comenzando a responder tu pregunta. Te lo explico .
Competencia proviene del latín “competentia”, que significa enfrentamiento o contienda que llevan a cabo dos sujetos
respecto a las habilidades que tienen en la realización de una tarea en específico. Por lo tanto, podemos ver que las
competencias son la medida de nuestras habilidades.
Por lo tanto, una competencia puede verse como un conjunto de habilidades o de capacidades que están relacionadas al desempeño satisfactorio del trabajo.
Ahora bien, como ya sabemos, en una empresa no basta con que contemos con los recursos, sino que lo que lo más importante es saber administrarlos. Por lo cual, tenemos que considerar que los recursos constan de activos y capacidades organizacionales.
Activos organizacionales
En pocas palabras, los activos son los bienes que acumula la organización como resultado de la inversión en escala, plantas, localización y valor de la marca.
Capacidades organizacionales
Las capacidades pueden ser vistas como un conjunto de habilidades y de aprendizaje colectivo, el cual asegura la ejecución de actividades funcionales mediante procesos organizacionales.
Es decir, como dice Chiavenato:
Las capacidades de la organización se refieren a su potencial para organizar, administrar, coordinar o emprender un conjunto específico de actividades y habilidades.
Tipos de capacidades de la organización
Capacidades estratégicas
Según Chiavenato, funcionan como una guía de orientación que influye en gran medida en el rumbo estratégico, y se refieren a la habilidad de la organización para aprender (adquirir, asimilar la información) y a la habilidad de los altos mandos para administrar la ejecución de la estrategia.
Además, se incluye la capacidad de evaluación y de juicio, es decir, la aptitud para identificar otras oportunidades.
Capacidades funcionales
Las capacidades funcionales son aquellas que se clasifican de acuerdo con el tipo de actividad que desempeñen, por ejemplo, las capacidades de marketing, las de administración financiera o las de gestión de operaciones.
Capacidades operacionales
Como ya te lo estás imaginando, son las tareas individuales, por ejemplo, la operación de una determinada maquinaria
Entonces… ¿Qué le da valor a una empresa?
Bueno, lo que le da valor a una empresa es ese conjunto de personas que utilizan y administran a un conjunto de recursos, y de cuya interacción genera un resultado positivo o negativo. Por lo cual, todas las empresas tienen que empezar a tomar en cuenta que su mejor inversión se encuentra en mejorar la capacitación, el adiestramiento y el desarrollo de su capital intelectual.
Esto permitirá que el capital humano se encuentre siempre en un proceso de mejora continua, es decir, un proceso continua en donde las personas aprenden y mejoran día tras día, generando nuevos conocimientos que den lugar a la innovación y por ende, a el incremento de las utilidades de la empresa.
Por último, cabe resaltar que las empresas en este momento están dando pasos muy grandes para incluir tecnologías como la inteligencia artificial dentro de todas sus operaciones, lo que significa que para que todos nosotros podamos trabajar en las empresas que deseemos o crear las nuestras, tenemos que adaptarnos y mejorar todos los días nuestros conocimientos, capacidades, o actitudes. Hay que ser cada día un poco mejor.